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jueves, 30 de enero de 2020

Contemplar,   tocar   y  sentir
Contemplar, tocar y sentir

El INE (Instituto Nacional de Estadística) estima que en España alrededor de 979.000 personas sufren discapacidad visual, 920.000 con baja visión y 58.300 ceguera total.
Por: María Arranz Campo, 3ºF
Cuadro de texto: 25 aniversario
Como celebración de su apertura hace 25 años, la ONCE organiza una exposición temporal en la que once artistas ciegos muestran sus esculturas. Las obras expuestas cuentan con títulos en Braille, están equipadas de códigos QR, con información accesible a personas con ceguera o discapacidad visual a través de teléfonos móviles. Además, cuentan con los novedosos beepcons.

Cuadro de texto: Serie Cielo y Tierra eterno poema nº9.
Cuadro realizado por Ataúlfo Casado que fue utilizado para su exposición en el Museo Tiflológico.
Sale de su casa para tomar un descafeinado en una terraza cercana ‘’perdón que vaya lento, pero es que no veo’’ comenta con humor. Cierra la puerta del portal y continúa, dos muletas le acompañan. El camino se hace algo más largo de lo que podría ser para el resto. Tiene el pelo blanco, algo de barba y sus ojos se esconden tras unas gafas de sol.
Ataúlfo Casado es pintor, tiene 69 años y a los 40 se quedó ciego a causa de una retinosis pigmentaria, ‘’pensé que mi vida profesional se había roto pero me propuse seguir viviendo sin amargura. Lo que vale la pena es ser feliz hoy y ahora’’. Tras un periodo de inactividad, en 2007 volvió con más fuerza que nunca a los lienzos, ‘’instantáneamente aparecieron un montón de recuerdos que había visto y me dije que por qué no intentarlo’’. Ahora protagoniza numerosas exposiciones, entre ellas en el Museo Tiflológico, un museo ‘’para ver y tocar’’ del que dice haberse llevado ‘’una experiencia fenomenalmente buena.’’ Ataúlfo es uno de los muchos artistas ciegos que han colaborado con sus obras en el Museo. Obras que, según él, son una mezcla de abstracción y simbolismo.
El MUSEO
Cuadro de texto: ‘’Para nosotros el tocar es nuestros ojos, no es tocar por tocar.’’Hace 25 años que se inauguró en Madrid el Museo Tiflológico, del griego tyflós,  que quiere decir ciego. Es el primero en España pensado para gente ciega o con deficiencia visual, pero su uso no es exclusivo de los invidentes, el valor didáctico y documental que representa resulta de gran interés general. ‘’A las personas ciegas también nos gusta el arte. Para nosotros el tocar es nuestros ojos, no es tocar por tocar.’’ Alberto Daudén es usuario del museo y considera que es tan necesario para los invidentes como para los que no lo son y que, además, sirve como vehículo para que se les conozca más y se sensibilicen.  Supone el acercamiento entre videntes e invidentes.


Visitar un museo es una acción cultural que todas las personas deberían poder disfrutar, tanto en contenido como en accesibilidad. ‘’La accesibilidad es un tema cultural al que la gente se tiene que hacer a la idea, cuando la vives la sientes y participas de ella.’’ Añade Alberto.

Cuadro de texto: Su principal fuente de ingresos son los Juegos de la ONCE y lo visitan entre 12.000 y 14.000 personas al año, la visita es gratuitaCuadro de texto: ‘’No nos conviene tener prejuicios sobre lo que puede o no puede hacer una persona ciega porque podemos llevarnos grandes sorpresas’’

Aunque por fuera no parece ser un museo, dentro empiezan las sorpresas. Con un gran vestíbulo, y diferentes plantas, es en la tercera donde se encuentra el arte sensorial. Si no se tiene esta enfermedad, pasas por alto pequeños detalles que para otros son sustanciales... Que la iluminación o los elementos arquitectónicos o las diferentes texturas del suelo te indiquen en qué lugar te encuentras del recinto hagan que las personas con problemas visuales puedan estar orientados son esos ‘’pequeños detalles’’ a esto se le une un ambiente apacible.  También cuentan con los avances tecnológicos ya que, recientemente, se instaló un sistema tecnológico conocido como BeepCon ‘’se trata de una baliza inteligente que facilita el acceso a la información tanto a personas que ven como a las que no ven. Si la baliza está ubicada en una determinada maqueta desde nuestro smartphone podemos activarla para que suene y nos permite llegar a esa maqueta’’ Explica María José que al igual que Ataulfo y Alberto es ciega y afiliada a la ONCE, la acompaña su perro guía. ‘’La capacidad y el talento no está necesariamente asociada a un sentido, sino que reside en la persona en su conjunto y no nos conviene a los demás tener prejuicios sobre lo que puede o no puede hacer una persona ciega porque podemos llevarnos grandes sorpresas’’. Tras haber estado en otros puestos de la organización, actualmente, es la jefa del museo por decisión de la ONCE.

Cuadro de texto: ‘’Los artistas, hacen cosas fantásticas, cosas que las personas que vemos no somos capaces de hacer. Son seres humanos que te ofrecen vida’’Teresa Diaz es técnico administrativo y lleva 20 años trabajando aquí.   A su parecer el edificio se queda pequeño ya que se divide en plantas, algo poco usual para una galería de arte.  ‘’En un futuro estaría bien que el museo tuviera su propio edificio y a pie de calle, este se nos queda algo pequeño.’’  A pesar de ello se muestra feliz con lo que hace, sus palabras contienen emoción y al preguntarla con lo que se quedaría del museo responde sin dudar: ‘’ Me quedo con los artistas, hacen cosas fantásticas, cosas que las personas que vemos no somos capaces de hacer. Son seres humanos que te ofrecen vida’’



SU LEMA: ‘’PARA VER Y TOCAR’’
Cuadro de texto: En la sala de maquetas se pueden conocer al detalle los monumentos arquitectónicos más famosos del mundo. Un total de 36 maquetas entre las que destaca El Partenón, el Taj Mahal, la Torre Eiffel, el Acueducto de Segovia, la Catedral de Santiago de Compostela, entre otros muchos.Tocar las obras de arte no solo está permitido, sino que es lo aconsejable. Quedando demostrado que ver a través de las manos es posible. Está diseñado para poder sentir a la perfección lo que es el arte. Ni mejor ni peor, sino accesible para todos. La recepción de la tercera planta da paso a tres salas; la de maquetas de monumentos nacionales e internacionales hechos al detalle para poder ser examinados por todos. Tal y como cuenta Teresa ‘’las maquetas deben tener todas las características que pedimos, por eso tienen ese preciosismo, están hechas al detalle’’.
El continuo contacto de las obras también presenta pequeños inconvenientes, para ello cuentan con un servicio de restauración que una vez a la semana se asegura de que todo este correcto.
Entre las funciones del museo está la de promocionar y difundir las obras realizadas por artistas ciegos o deficientes visuales, esta función la cumple la sala de obras de artistas, diferentes especialidades artísticas y nuevas formas de expresión y de entender el arte.  ‘’hay que defender sus obras porque cada artista tiene una historia, si vas al Museo Picasso ya sabes lo que te puedes encontrar’’ añade Teresa.
Por último, bajando unas escaleras está la sala de material tiflológico que cuenta la historia de los ciegos y de cómo una serie de objetos les ayudaron a acceder paulatinamente a la cultura y a la vida laboral desde hace dos siglos. Conocer su pasado, comprender su presente y fomentar su futuro es lo que se pretende con esta sala.

VISITAS GUIADAS
Cuadro de texto: Voluntarios de la tercera edad 
CEATE es una confederación sin ánimo de lucro que entre sus funciones se encuentra la de ofrecer voluntarios para que hagan de guías en distintos museos
Teresa y Mireia Dilla se encargan de hacer las visitas guiadas junto con los voluntarios de CEATE. La primera asegura que cuando la gente se va sale encantada ‘’se van tan contentos porque ven algo diferente, reciben energía positiva.’’ Por su parte Mireia, licenciada en Historia del Arte y desde hace un año auxiliar administrativa en el Tiflológico, añade que las visitas guiadas son momentos muy gratificantes ‘’Te van entendiendo. Hay niños que han venido con su escuela de visita y repiten el fin de semana para traer a sus padres’’.
Gusta a todo tipo de personas, algunos incluso sienten devoción ‘’Hubo una señora que la gustó tanto el museo que volvió para preguntar si se podía casar aquí’’ cuenta Teresa.

La palabra que mejor podría definir al Museo Tiflológico sería <<eliminación de las barreras>>.
Georges Henri Rivière, museólogo francés del siglo pasado dijo una vez que: ‘’el éxito de un museo no se mide por el número de visitantes que recibe, sino por el número de visitantes a los que ha enseñado alguna cosa. No se mide por el número de objetos que expone, sino por el número de objetos que los visitantes han logrado aprehender en su entorno humano.’’

El aprendizaje: contemplar, tocar y sentir, no como se suele hacer, está vez con emoción.




jueves, 2 de febrero de 2017

Las pintoras del impresionismo

Las hemos contemplado como diosas o como humanas, afligidas o radiantes, burguesas, indigentes, vestidas, desnudas, solas, en grupo, en el campo, en la ciudad... De todas las formas posibles hemos visto a la mujer en el arte a lo largo de los siglos, pero, ¿dónde quedaron ellas cómo artistas?

Claramente, podemos apreciar una gran ausencia de la mujer como artista, esto no quiere decir que no lo haya sido. Ellas tienen su lugar en la historia del arte, pero es un lugar muy limitado y lleno de prejuicios en el que han intentado, intentan e intentarán abrirse camino a lo largo de años. Esta limitación responde a una estructura social patriarcal, acompañada de la misoginia, la ignorancia y el machismo que contribuyeron a que la mujer no fuera hacedora de arte (o si lo era poco interesaba). Solo una musa o una modelo del hombre (Praxíteles, Leonardo, Rubens, Rembrandt, Klimt, Picasso y una larga lista de artistas de renombre fueron iluminados por la figura femenina) que nunca gozó de un reconocimiento como el de este y que la mayoría cayeron en el olvido en gran parte de los libros de arte. Siempre inspirando, pero nunca emprendiendo hasta bien entrado el siglo XIX cuando se produjeron algunos avances para la mujer: comenzaron a organizarse y consiguieron, ellas mismas, una mayor importancia social e intelectual. También surgiría la mujer trabajadora, fue en este ambiente renovador donde tomaron parte las mujeres impresionistas.
El Impresionismo, como arte pictórico, aparece en Francia a finales del siglo XIX. En aquella época, la forma de aprender el arte eran las academias (por supuesto, la mujer no entraba en esta forma de aprendizaje) y los académicos encargados de decidir qué valía y qué no. Un grupo de jóvenes rebeldes querían romper con esto y pasaron del taller a la calle.  El objetivo de estos muchachos no era plasmar la realidad de una forma premeditada, sino todo lo contrario, hacerlo de una forma espontánea y directa. El punto de partida lo podemos tomar cuando este grupo decide hacer una exposición por su propia cuenta, independientes del Salón[1], en 1874 la ‘’Société Anonyme des Artistes, Peintres, Sculpteurs, Graveurs’’ en el que presentaron 160 obras. La crítica llegó de la mano de Louis Leroy que juzgó la exposición como: <<una manifestación antiacadémica, hostil, que desafiaba el arte oficial del Salón. Con la impresión de estar inacabadas y de haber sido hechas de una forma rápida.>>
La mujer, junto con el hombre, se introdujo también en este movimiento impresionista en el que muchas conseguirían destacar. Estas no solo consiguieron dedicarse a su obra, sino que, además, no renunciaron a su papel como esposa, madre y/o mujer:

Berthe Morisot (Francia, 1841-1895) fue la primera mujer que se unió a los impresionistas. Impulsora y parte muy activa del movimiento.
Perteneció a una familia parisina acomodada, lo que la facilitó acceder a la educación artística. Fue, al igual que Pissarro, alumna de Corot, al que conoció en 1861 en París.  
Mientras copiaba en el Louvre coincidió con Manet, el cual le dio clases y posó para él en diversas ocasiones, además, terminaría siendo su cuñado.
Fue comisaria y aportó su granito de arena para llevar a cabo exposiciones y tuvo relación con todos los miembros del grupo de impresionistas. Corot influiría en su pintura al aire libre y Manet en los retratos íntimos. Desarrolló sus propias características impresionistas; el uso de los blancos y los vacíos con una pincelada más gruesa y suelta. Con todo ello logró obras muy libres, tanto en la pincelada como en la composición, que gozaron de buena crítica en su tiempo.
Murió en 1895 y un año después sus colegas Renoir, Monet y Degas habían reunido toda su obra para organizar una exposición en su honor.
En el baile (1875). Berthe Morisot

Eva Gonzales (Francia, 1849-1883) hija del escritor español Enmanuel Gonzalès. Fue educada en el Paris más intelectual de la época. Alumna de Charles Joshua Chaplin, un pintor académico que produjo un programa para mujeres en su estudio. También fue modelo y alumna de Manet, del que se puede apreciar la influencia en su pintura. Los temas sobre los que desarrollaría su obra fueron los clásicos del impresionismo; escenas íntimas y escenas de la época. Poco a poco su estilo tomó un rumbo más personal y sus obras adquirieron tonos más claros y suaves.
Murió prematuramente a los 34 años a consecuencia del parto.

Despertar (1874). Eva Gonzales
  
Mary Cassatt (EEUU, 1844-Francia,1926) norteamericana nacida en Pittsburg. Su formación inicial fue en la Academia de Pennsylvania y en la National Academy of Design de Nueva York, donde destacaría por su pintura.
En 1866, se instalaría en París para estudiar pintura de una forma privada. También se dedicó a reproducir obras de grandes artistas en el Louvre.
En 1877 conoció a Degas, él mismo la invitó a unirse a los impresionistas, así entró en contacto con el grupo. Destacó por su pincelada, ágil y suelta.
A partir 1882 iría evolucionando hacia el Realismo.
En 1904 Francia la otorgó la Legión de Honor por su aportación al arte.
Una diabetes y posterior ceguera en 1911 la imposibilitaría para la pintura definitivamente, hasta su muerte en 1926, París.

Paseo en bote (1894). Mary Cassatt

Marie Bracquemond (Francia, 1841-1916) nació en el seno de una familia humilde. Su padre murió cuando aún era una niña. Junto con su madre y su hermana, se trasladó a una localidad del sur de París. A los 10 años empezó a recibir clases y a desarrollar su talento en la pintura.
En 1857 había expuesto su obra en el Salón, lo que la dio un cierto reconocimiento. Se la contrató como copista de obras maestras en el Louvre y allí es donde conoció a su marido, Félix Bracquemond, en 1869. A pesar de las negativas de este, participa en tres de las exposiciones que realizan los impresionistas. Su pincelada, en un primer momento abierta y con tonos intensos fue evolucionando a tonos más delicados. Poco a poco las presiones de su marido consiguieron que la artista dejase de pintar.
Falleció un 17 de enero de 1916 en París.

Debajo de la lámpara (1887). Marie Bracquemond


Gwen John (Reino Unido, 1876- Francia, 1939) a los 22 años se traslada a París para estudiar y perfeccionar su técnica. Su obra se basa en los retratos y escenas de interior. Mantuvo una relación artística y personal con el también artista Auguste Rodin, del que era modelo y amante.
Muere a los 63 años en Dieppe (Francia).

Mujer sosteniendo gato negro (1920). Gwen John
Tina Blau (Austria, 1845-1916) comenzó su educación de forma privada a los 15 años. Tras estudiar en Viena y Múnich, en 1870, entra en contacto con el Impresionismo. Viajó por Europa para impregnarse de los últimos avances y para mejorar sus habilidades como pintora. Su obra se basaba principalmente en los paisajes y la captación de atmósferas en lo que se denominó como ‘’Stimmungsimpressionismus’’ (impresionismo atmosférico).
Co-fundó e impartió clases en la Escuela de Arte de Viena y tuvo una gran influencia en las generaciones venideras de artistas femeninas.

Krieau in the Prater (1902) Tina Blau


Cuando hablamos de Impresionismo nos vienen a la mente nombres como el de Monet, Degas, Pissarro, Renoir… pero pocas veces, o ninguna, se ha oído hablar de ellas. Pero ahí están y tienen su lugar en la historia del arte, emprendiendo una tarea como la de ellos, más si cuenta que tenían que desempeñar sus labores domésticas y luchar contra lo establecido. Y, aunque poco a poco los moldes se han ido rasgando, queda bastante que recorrer y muchos prejuicios que borrar. Como dijo hace más de 2500 años Safo, la poetisa griega que tampoco quiso doblegarse, «os aseguro que alguien se acordará de nosotras en el futuro».





[1] El salón era una actividad que se celebraba una vez al año, en primavera. Todos los pintores que aspiraban a una cierta fama presentaban sus cuadros a los académicos y estos elegían los mejores cuadros de diversas temáticas.

 
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